La arquitectura es un tema central en la obra de Iosu Aramburu (Lima, 1986) y a través de ella ingresamos a una compleja estructura conceptual construida a partir de la investigación de procesos históricos y narrativas sobre la historia del arte. En su obra no predomina la presencia explícita de las personas; sin embargo, las edificaciones mismas introducen a creadores y observadores de distintos periodos. En su última exposición, Una nueva era, sucede lo contrario: son muchas las presencias explícitas o sugeridas de personas y formas arquitectónicas en esta serie de 14 piezas que atraviesa la sala del Centro Cultural de San Marcos.
SER, espacio y tiempo

VISTA frontal DE UNA NUEVA ERA, ÓLEO SOBRE YUTE, 184 X 140, 2018. FOTO: JP MURRUGARRA


La instalación asemeja un mural que invita al espectador a observarlo desde varios ángulos y mientras lo hacemos nos sumamos a los personajes de los cuadros. Iosu nos permite romper con la dinámica tradicional del espectador que mira de frente al objeto sobre la pared. Podemos ver la obra también desde su parte posterior, como una especie de concesión o privilegio que nos da el artista. De las múltiples lecturas que podemos tener también puede leerse como una descarga eléctrica/un rayo en medio de la sala Juan Acha. Todo depende del ángulo desde donde se mire. Cada una de las pinturas está suspendida en el aire en visible tensión emulando la creatividad museográfica de las expografías que la arquitecta modernista Lina Bo Bardi diseñó para el Museo de Arte de Sao Paulo en 1968 y que han influenciado a importantes artistas contemporáneos. Bo Bardi desestimó el uso de las paredes y diseñó una estructura de vidrio que sostiene las obras y que permite que el visitante pueda acercarse a ellas y verlas desde posiciones a las que solo accedería personal especializado.


 “Quería que la disposición de las pinturas funcionara como un muro y relacionarlas con la pintura mural que encargaban los Estados a artistas para crear narrativas gloriosas vinculada a los valores de un momento determinado. A partir de esa idea me interesaba que puedan verse las pinturas por detrás”.


VISTA POSTERIOR DE UNA NUEVA ERA E INSTALACIÓN DE OBRA DE LA COLECCIÓN CCSM. FOTO: JP MURRUGARRA

Vista del MUSEO DE ARTE DE SAO PAULO, 1968. FOTO: Instituto Lina Bo Y Pietro Maria Bardi POR Paolo Gasparini

instalación de invitados

Siguiendo esta idea de relacionamiento privilegiado del visitante y las obras de una colección, Iosu solicita al Centro Cultural de San Marcos incluir en su exposición algunas obras que resguarda. De esta manera como parte de la instalación vemos Bañista (1926), de Emilio Gayburu Baca; Tormenta (ca. 1950), de Julia Codesido, y Cojudos (1980), del taller E.P.S. Huayco. Esta última se ubica en la parte posterior de los cuadros junto con un pequeño óleo de un loro pintado por Aramburu que reposa sobre el bastidor.

Bañista (1926) de Emilio Gayburu Baca DE LA COLECCIÓN DEL CCSM. FOTO: JP MURRUGARRA.

Tormenta (ca. 1950) de Julia Codesido DE LA COLECCIÓN CCSM. FOTO: JP MURRUGARRA.

Cojudos (1980), del taller E.P.S. Huayco DE LA COLECCIÓN DEL CCSM. FOTO: JP MURRUGARRA.

GUIÑOS VANGUARDISTAS

Su interés por la arquitectura acompaña a su búsqueda de movimientos y artistas vanguardistas y en particular la modernidad y su idea de progreso. “La arquitectura moderna construida a partir de la década de 1940 tiene un importante impacto en Lima. Para mí es un lenguaje muy claro que me facilita comprender la modernidad y su interpretación local y desde ahí empieza mi trabajo. Me interesaba las respuestas a la modernidad en el Perú y es sorprendente que una de las primeras es el estilo neocolonial. Al inicio esta fascinación se inicia como una relación crítica que luego se transforma en una idea más ambigua”, comenta. Es en el espacio urbano en donde las edificaciones se encuentran y permiten un encuentro entre el pasado y el presente de una manera tan intensa y vibrante pero que, sin embargo, puede resultar llena de significados o carecer de ellos. Todo depende de los ojos desde donde se mire. 

La serie Una Nueva Era ha sido construida usando diagonales que hacen que cada pieza encaje exactamente una con la otra. Desde el origen de su creación la obra ha sido concebida como una estructura funcional cuyo orden subyace en cada una lo cual da libertad para situarlas en el espacio aleatoriamente. De alguna manera, el caos está permitido. En la composición de la obra, el artista hace referencia a El Modulor, el sistema antropométrico del arquitecto francés Le Corbusier que define varias medidas para el diseño arquitectónico, entre ellas la de un hombre con el brazo levantado que llega a los 2.20 m.

Una Nueva Era empieza a formarse bajo la influencia de su experiencia como espectador de pintura colonial en el Cusco. Le llamó la atención el discurso interpretativo sobre la historia que se da a los turistas: vinieron los españoles, mataron al Inca, se llevaron el oro y construyeron estas iglesias. "Las construcciones de poder entre lo europeo y lo local son muy intensas en las obras y eso está fuera de la narrativa que cada día escuchan los visitantes”, afirma. 

LA SERIE DEL CORPUS CHRISTI CONSTA DE 15 CUADROS ENCARGO DE LA IGLESIA Y DONACIÓN DE LA NOBLEZA INDÍGENA.

La serie del Corpus Christi que se exhibe en el Museo Arzobispal del Cusco es una representación de la procesión de la fe católica que se superpone a tradiciones incaicas a través de las cuales se muestra la complejidad social en el siglo XVII. "Me interesa la representación de un público observando la procesión, cada detalle te hace pensar en gente real y muy diversas contraria a cualquier estereotipo. Y otra idea que me interesa es la del cambio en el tiempo, el inicio de una nueva etapa, de una nueva era". Y añade: "más que en un momento histórico determinado, me interesa pensar en el espíritu de la época, aquello que guía a creer que se puede empezar algo nuevo. Me interesa porque es una posición en la que es muy difícil ponernos nuevamente. Esa utopía es impensable. Esa idea del futuro no es posible entenderla ahora como espíritu de nuestro tiempo", considera el artista. 

Augusto del Valle, director del Centro Cultural de San Marcos, destaca la presencia de la arquitectura en Una nueva Era y la procesión religiosa en el Corpus Christi aunque Aramburu mencione que no existe una intención de intercambio. 

Detalle de un papagayo, elemento usado en la composiciones coloniales. Foto: JP Murrugarra.

DETALLE DEl CORPUS CHRISTI DONDE SE VE AL NOBLE DON CARLOS INCA GUIÑANDO EL OJO y parte de un papagayo.


Podemos asegurar al visitante que cada elemento en la exposición ha sido pensado, visto, revisado, analizado y dispuesto de manera precisa. Y desde cada elemento hay un muchos mundos por descubrir. Incluso aquellos espacios de vacío cumplen una función que puede ser la de contenedor de la idea que mejor se ajuste a la experiencia del espectador. En ningún caso, deberá dejar de visitar esta exposición y formar parte de Una Nueva Era, la utopía de cada tiempo permanece para decirnos algo sobre nosotros mismos.


INFORMACIÓN

Lugar: Centro Cultural de San Marcos - CCSM (Av. Nicolás de Piérola 1222, Parque Universitario, Cercado de Lima)

Fecha: hasta el 21 de julio.

Horarios: Lunes a sábado de 10:00 a.m. a 1:00 p.m. y de 2:00 a 5:00 p.m. Viernes 20 de Julio el CCSM abre de noche hasta las 21:00.

Más información: www.iosuaramburu.com